Cuando pensamos en diseño y reformas solemos fijarnos en suelos, paredes, acabados… pero hay elementos que, aunque pasan desapercibidos, son fundamentales. El canalón es uno de ellos. Bien elegido e instalado, puede marcar la diferencia entre una obra estética sostenible o un problema recurrente.
1. ¿Por qué es imprescindible el canalón?
Protege la estructura: canalizar bien el agua de lluvia evita filtraciones, humedades en muros, goteras internas y daños que después suponen reparaciones costosas.
Conserva los materiales: madera, yesos, pinturas y acabados sufren con la humedad. Una buena canalización prolonga la vida útil de los revestimientos y de los elementos externos.
Mantiene la estética: al evitar manchas de agua, eflorescencias y moho en las fachadas, muros y puertas, el acabado se ve limpio mucho más tiempo.
2. Tipos de canalón y materiales
Cada casa, cada clima y cada techo tiene sus exigencias. Estas son algunas posibilidades:
Acero galvanizado: resistente, duradero. Ideal en zonas con lluvias frecuentes.
Aluminio lacado: ligero, buen acabado estético y adaptable al color de la fachada.
PVC: económico, fácil de instalar, pero exige buen diseño para evitar deformaciones o roturas con hielo/calor.
Cobre o zinc: premium. Se oxida, crea pátina, envejece bien. Para quienes buscan belleza y personalidad.
3. Beneficios
Menos problemas de humedades → ahorro a largo plazo en mantenimiento y reparaciones.
Mejora estética de la fachada → mayor atractivo y valor inmobiliario.
Confort interior → ambientes más secos, sin olores ni problemas producidos por humedad.
Tranquilidad → saber que la casa está protegida frente a las inclemencias atmosféricas.
El canalón deja de ser un “detalle” para ser un eslabón esencial de cualquier reforma de calidad. Elegir bien su material, instalar correctamente y mantenerlo limpio asegura que tanto el diseño como los espacios internos estén protegidos, funcionales y bonitos durante muchos años.